Ha salido a la luz, un estudio
que revela como fue el psicoanálisis de Rudolf Hess, segundo de Hitler. Los
británicos lo tuvieron encerrado, haciéndole un psicoanálisis durante la
segunda guerra mundial para saber cómo eran los nazis y como derrotarles. Se le
aplicaron los métodos del psicoanálisis de Freud.
Durante toda la historia, se ha
hablado de la locura de nazis y comunistas, de cómo podía tener esas
ideas en la cabeza y ser tan fríos con los asesinatos y brutalidades que
cometían. Los resultados de esta prueba, me han sorprendido, se podría decir
que me han producido un cambio de paradigma.
Los estudios han revelado que
Hess tenía graves problemas psiquiátricos que le venían desde su más tierna
infancia con un padre súper autoritario y una madre con superego. Estas
circunstancias le hicieron la necesidad de venerar a un líder y seguirle,
Hitler. Los psiquiatras extrapolaron estos resultados al resto de población
alemana, como significado del porque seguían a Hitler. Hess fue juzgado en los
juicios de Núremberg y condenado a cadena perpetua. Murió de suicidio a los 93
años.
He aquí mi reflexión. ¿Se puede
juzgar a alguien con problemas psiquiátricos?. En la legislación española
encontramos que en el art. 20 del código penal, los problemas mentales,
que tengan alterada la conciencia de la realidad o alteraciones psíquicas son
consideradas eximentes de penas de cárcel y se condena con multas civiles
por los daños causados. En España encontramos muchos casos así, como hace 3
años una paciente mató a tres enfermeras, padecía esquizofrenia. Fue mandada a
un centro psíquico pero no fue condenada.
Por ello yo me pregunto, ¿fueron
justos los juicios de Núremberg? Centrándome en el caso de Hess, ¿es justo que
alguien con una infancia terrible y con graves problemas psiquiátricos sea
condenado a cadena perpetua?. Dichos problemas psíquicos estaban demostrados.
En mi opinión, me voy a centrar en el caso de Hess, debido a que es el que
conozco, Hess no debería haber sido juzgado, sino enviado a un centro
psiquiátrico para intentar ayudarle y reintegrarle como una persona nueva y
normal en la sociedad. La cadena perpetua consiguió el suicidio de Hess y la no
posibilidad de devolverle a una vida normal al paciente que en el fondo
la deseaba y que nunca había tenido la posibilidad de vivirla. En la foto de
abajo, Rudolf Hess es el del centro.
Miguel R
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